El plomo (Pb) es un contaminante medioambiental muy frecuente. Hasta hace unos años, se encontraba en los combustibles. Desde la prohibición de la gasolina sin plomo, sus niveles han descendido, pero seguimos estando muy expuestos. Se ha asociado con trastornos del neurodesarrollo en niños. Y lo que más nos interesa a nosotros: produce alteraciones en el sistema nervioso autónomo y en el funcionamiento del sistema inmunitario, tanto a nivel de la respuesta humoral como de la celular, de las que hablamos en otro artículo. Así, una exposición frecuente al plomo puede amenazar la salud de nuestra vejiga. Aunque es difícil protegerse de este metal, hay que saber que podemos estar expuestos sin ser conscientes, si las tuberías de nuestro hogar o lugar de trabajo están hechas de plomo, o si las pinturas de nuestra casa o juguetes infantiles lo llevan. Es importante informarse de esto para poder remediarlo. 

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