Aluminio
Aunque el aluminio (Al) no es un metal pesado (es tan sólo un metal), es uno de los metales que con más frecuencia nos contamina. Se encuentra en el aire respirado, en los alimentos, tanto por contaminación directa (cuidado con la soja, el té y el tomillo) como por el contacto con los utensilios de cocina que a menudo son de este material (sartenes, ollas, etc.), papel de aluminio, cápsulas de café o latas de conserva, en muchas vacunas y otros medicamentos como algunos antiácidos. También se encuentra en muchos productos de higiene personal, y en especial en los desodorantes y pastas de dientes.
Aunque su absorción a nivel intestinal es baja, siendo un metal muy ubicuo, se conocen sus riesgos para la salud. Es neurotóxico, y se ha asociado al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y a trastornos del neurodesarrollo en niños, como el autismo. Las neuronas del hipocampo, responsables de la memoria, son muy susceptibles a este metal. En particular las neuronas que funcionan con el neurotransmisor acetilcolina, que además de existir en el hipocampo, resulta que es el principal neurotransmisor utilizado por el sistema nervioso parasimpático (el nervio vago, ¿te acuerdas?). Por ello, podemos hipotetizar que alteraría la función vesical probablemente, aunque no hay estudios concluyentes. Además, sabemos que el 95% del aluminio es eliminado por la orina, con lo cual nuestra vejiga está en contacto con este metal de manera permanente. También se asocia a cáncer, y en especial a cáncer de mama, aunque también se sospecha que produce cáncer de vejiga y pulmón en personas altamente expuestas.
Aunque en otros artículos hablo de pautas generales para disminuir nuestra exposición a tóxicos, quiero recalcar que el caso del aluminio es un ejemplo donde, desde nuestros hogares, podemos hacer mucho. Podemos intentar evitar este material en la cocina (cocinar con utensilios de acero inoxidable o hierro fundido, evitar las latas y las cápsulas de café). También en nuestra alimentación, no comiendo productos derivados de la soja en exceso o añadiendo unas gotas de leche de oveja o cabra preferiblemente a nuestros tés e infusiones, pues la leche disminuye la absorción intestinal. En cuanto a los productos de higiene personal, se puede evitar utilizar aquéllos que lo contengan o fabricando cosméticos caseros. En la sección de cosmética casera encontrarás unas cuantas recetas para preparar cosméticos de manera sencilla y sin tóxicos. COSMÉTICA CASERA
Bibliografía:
Klotz K, Weistenhöfer W, Neff F, Hartwig A, van Thriel C, Drexler H. The Health Effects of Aluminum Exposure. Dtsch Arztebl Int. 2017 Sep 29;114(39):653-659.
Crisponi G, Fanni D, Gerosa C, Nemolato S, Nurchi VM, Crespo-Alonso M, Lachowicz JI, Faa G. The meaning of aluminium exposure on human health and aluminium-related diseases. Biomol Concepts. 2013 Feb;4(1):77-87.
Mold M, Umar D, King A, Exley C. Aluminium in brain tissue in autism. J Trace Elem Med Biol. 2018 Mar;46:76-82.
Krewski D, Yokel RA, Nieboer E, Borchelt D, Cohen J, Harry J, Kacew S, Lindsay J, Mahfouz AM, Rondeau V. Human health risk assessment for aluminium, aluminium oxide, and aluminium hydroxide. J Toxicol Environ Health B Crit Rev. 2007;10 Suppl 1(Suppl 1):1-269.